miércoles, 29 de enero de 2014

Sabéis? ¡Le he visto!
¡Hoy le he visto! Después de tanto tiempo… Y ahora le veo… Ya pensaba que le había olvidado… me equivocaba… Estoy enganchada tanto como antes, o aún mas.
¡Me ha saludado! Después de tanto tiempo… ¡Me ha saludado! Y se ha puesto a hablar conmigo como si nada… Me entraron ganas de llorar y gritar: ¡TE QUIERO! Pero en ese momento era mejor no hacerlo… No quería volver a perderle.
¡Me ha dado la mano! ¿Me ha dado la mano? ¿Y yo que ago? Le suelto o dejo la mano donde está… Andamos… sin saber donde, sin ningún destino… solo queremos estar solos.
¿Se ha parado? ¿Para que?...
-¡Te quiero! He vuelto para decírtelo. Ya no podía estar escondiéndome de ti. Ya no podía ocultarte mis sentimientos…
-¡¿Que me quieres?!
-Si,… Lo siento, sé que no sientes lo mismo pero… no podía aguantar mas…
-No, tienes razón no siento lo mismo…
-Ya.
-¡Siento mucho más! Creo que eres mi vida entera, cuando te fuiste y te deje de ver… pensé que moriría… Cuando tú te fuiste, te llevaste mi corazón contigo.
Y le besé. Le besé con todas mis ganas. Le besé como si fuera el último segundo de nuestras vidas. Ese beso fue inmenso. Ese beso fue el que nos unió… 
Por fin…
Yo había tenido el valor a confesarte lo que sentía por ti. Que cada vez que te veía sentía algo muy fuerte… y que aunque estuviéramos al lado te sentía tan lejos de mí…
Y tú, me dijiste todas aquellas cosas… y que entre tú y yo… había algo… química.
Una noche oscura y fría. Una noche de invierno. Tu y yo frente a la luna… Callados, sin decir nada, nada que pudiera estropear ese momento tan fantástico.
Nos sentíamos por encima de la luna, por encima del cielo, de las galaxias, de las millones de estrellas… Nos sentíamos bien, demasiado bien, genial…

No hay comentarios:

Publicar un comentario